Vestigios de Demolición

Ya no es fácil encontrar balaústres, cornisas, imponentes marcos de chimeneas mármoles y vitrales en las ventas de demolición. Con dificultad siguen de pie, aunque todavía vale la pena visitar estos galpones cada cierto tiempo porque sus interiores nunca dejan de sorprender.

Si hay un auge de la construcción es buen momento también para las empresas de demolición, aunque no necesariamente para la venta del material que ellas recuperan hasta hace una década, estas retiraban todos los elementos que se pudieran reutilizar antes de botar una casa o un edificio; los trasladaban a sus galpones y ahí estos objetos esperaban a que un cliente de ojo certero los descubriera. Muchas lo siguen haciendo, aunque otras, las más grandes, abandonaron el rescate de material porque el negocio está en la demolición y no en la venta de lo recuperado.

 

Pablo Valenzuela heredó la empresa de su padre. “Cuando él vivía teníamos una bodega en la alameda y allí era posible encontrar de todo. Pero las cosas han cambiado y actualmente los dueños de casa, antes de firmar el contrato con las empresas de demolición sacan lo más valioso, sin alterar la estructura”. Su empresa se llama EDPV, y lo que recupera lo almacena en un galpón de seis mil metros cuadrados, en San Pablo 9099. Allí descansan maderas de roble, de raulí, pino oregón, puertas de hasta 2.50 metros de alto, ventanas de distintos formatos, rejas de fierro y balcones, escaleras de caracol, mamparas, postigos…

- Si bien como empresa de demolición la cosa funciona, la venta de material ya no es rentable. Por muchos factores, entre ellos el valor del suelo. Es muy caro mantener un galpón donde reunir todo esto. En uno o dos años más pienso liquidarlo-dice.

Cuenta que en las casas que hoy demuele – “entre una y dos al mes” -, es poco lo que hay para recuperar: “Piso flotante, marcos de aluminio, ventanas y puertas, aunque ya no retiramos las de terciado porque con el tiempo se pudren. Tampoco cerámicos ni azulejos. Incluso los sanitarios ya no tienen buena reventa. Hoy en grandes ferreterías es posible comprar estos artefactos nuevos y en cuotas”, sostiene.

TERMINACIONES DECORATIVAS
- Sobre relieve
En el galpón de Pablo Valenzuela, tienen estos antiguos yesos decorativos. Son tres y sus caras son todas distintas. Eran trabajos artesanales que se hacían in situ, y que hoy encarecería mucho la construcción. “Las casas modernas tienen a lo más buenas molduras de madera”, reconoce.

- Rescatar tejas es muy caro. “Hay que sacarlas una a una, trasladarlas y depositarlas cuidadosamente en el galpón para que no se quiebren, eso eleva su precios y poca gente se interesa en ellas”, explica Valenzuela.

- Buenos materiales, nobles maderas, hermosos diseños y a bajo precio. Sólo es necesario recuperar y ajustar las piezas a las medidas requeridas.

EL FIERRO NO PASA DE MODA
-El valor de lo hecho a mano
Las rejas tienen infinitas posibilidades de reutilizarse, pudiendo transformarse en mesas, separadores de ambientes, respaldos de cama… Este modelo con estrella era de un balcón, y vale $400.000. “Todo lo que es fierro forjado se vende como antigüedad”, explican en EDPV.

 

Andrea Zúñiga y José Rissetti
Sábado 15 de Junio de 2013
Reportaje Edición N° 884
Revista Vivienda y Decoración de El Mercurio